El pasado día de San Valentín, J. F. Murillo nos regaló una buena muestra del amor que profesa a la ciudad de Córdoba tanto en su interior como en su exterior –entiéndase, el subsuelo y el urbanismo–. El marco para esta instantánea no podría ser otro que Casa Árabe.
Aspecto del Salón de Actos de Casa Árabe durante la conferencia
El profesor trazó un largo recorrido desde la ciudad clásica hasta la califal, pues la continuidad de la tradición anterior es una constante en la configuración islámica. A ello debemos sumar los nuevos modelos orientales que introducen los omeyas: intramuros, y más concretamente en la zona sur, se comienza a forjar un complejo político y religioso, protagonizado por el alcázar y la mezquita, muy similar al de Damasco; extramuros, Qurtuba se expande mediante almunias, primero, e incipientes arrabales aislados luego, que ya en el siglo X se entretejerían formando un vasto núcleo sólo equiparable a Bagdad. De ahí surge el concepto de una única megalópolis que se desarrollaba entre Madinat al-Zahra y Madinat al-Zahira.
El Dr. Juan Murillo durante su conferencia
La conferencia no fue el único presente –juguemos, una vez más, con la lengua– que la Arqueología cordobesa recibió en tan señalada fecha: también se inauguró el Arqueódromo en la facultad de Filosofía y Letras y se presentó el “Número 0” del Boletín de Arqueología Somos Todos.
El Prof. Dr. Alberto León presentando, al público allí congregado, el "número 0" del Boletín de Arqueología Somos Todos