Esta página corresponde a las actividades realizadas
en el marco del proyecto de difusión "Arqueología somos todos" en su anualidad 2013.
Puede consultar el programa de este año en el siguiente enlace:

Ruta "Fortalezas para tiempos inciertos"



El pasado sábado 11 de mayo contamos con un excelente tiempo primaveral que nos permitió disfrutar plenamente de nuestro recorrido por las fortalezas de la Córdoba islámica, trasmitiendo una idea principal: cuando tiempos inciertos acechan a la ciudad –tanto por amenazas internas como externas- el esfuerzo y la complejidad defensivos se agilizan e incrementan. En esos momentos, las fortalezas se convierten en una prioridad, en un elemento de primera necesidad para mantener el statu quo de la sociedad o sus gobernantes. Comenzamos en Miraflores, al Sur del río Guadalquivir, en el denominado Arrabal de Šaqunda. No tuvo muralla, pero fue uno de los sectores más poblados en los albores de la Córdoba islámica y punto focal de importantes revueltas que motivaron la primera fortificación seria del Alcázar omeya por parte del emir al-Hakam I. Posteriormente, pasamos a la Calahorra, desentrañando del Castillo bajomedieval la primera fase constructiva: una puerta-torre que protegía la entrada al puente realizada en tiempos de paz, posiblemente en época de Almanzor. Más adelante, una vez cruzado el río, visitamos la ampliación de la muralla del Alcázar omeya en su ángulo noroccidental, también de esta época, y conservada hoy en el actual Garaje Alcázar. Ambas obras configuran una excepción en esta ruta: fueron realizadas con una cuidada sillería y se construyeron con un sentido más propagandístico que defensivo. El fuerte programa fortificador que se crea en época almohade, del que pudimos visitar algunos restos, se levantó rápidamente con un sólido tapial de tierra y cal. Tal proyecto defensivo se concentraba en la protección del ángulo suroccidental de la ciudad, en el que se situaba el Alcázar. De ese modo, se dispuso una pequeña cerca rodeando la entrada al puente, aún parcialmente en pie; se construyó también una atalaya en lo alto de la Colina de los Quemados, conservada hoy parcialmente en el Zoológico de Córdoba; y el Alcázar se amplía hacia el río y el Oeste con dos recintos más, germen del posterior Alcázar cristiano. Acabamos el recorrido en uno de ellos, el llamado Castillo Viejo de la judería, en el Barrio de San Basilio, imbuidos ya en el nutrido y florido ambiente –patrimonial y humano- de los patios cordobeses.

 Rafael Blanco en la zona de Miraflores, anteriormente ocupada por el arrabal de Saqunda

 El Prof. Garriguet también realizó algunas intervenciones durante la ruta 

El grupo en la Torre de la Calahorra

Restos de muralla conservados en el Garaje Alcázar